domingo, 15 de septiembre de 2013

Aire francés

La intermitente lluvia invitaba a dormir todo el día, sin interrupciones. Pero me levanté. A las ocho y media de la mañana sonó el despertador. Si, me levanté, pero media hora después. En casa ya se estaban preparando todos.
Desayuné. Me bañé. Me vestí. Me miré al espejo. Me desvestí. Me vestí nuevamente, esta vez con ropa diferente. Me miré al espejo. Me peiné. Y salí.
La mañana era fría, y la lluvia se estaba encargando (y lo bien que le sale) de llenar mi pelo de ese tan odioso frizz. Cuando llegamos a la parada no había casi nadie, pero afortunadamente el colectivo no tardó mucho en llegar. Subimos y me senté cómodamente junto a la ventana, nos esperaba un largo viaje.
Casi una hora después mamá me tocó el hombro y me hizo señas para que bajara. Ahora sólo garuaba, pero un viento frío me heló el cuerpo mientras cruzábamos el parque.
- Es ahí.
- Hola, ¿cómo andan?
El lugar era algo chico, habría unas seis o siete mesas, y se escuchaba el alboroto proveniente desde el fondo. Dejé el abrigo, y fui hacia mi hermana, que estaba agachada en un rincón. Ciro, sentado a su lado, miraba, sin comprender demasiado, dónde estaba.
Me gustó mucho volver a ver a Michel. Estaba más linda, como rejuvenecida. "No puedo más, estoy cansadísima." Me dijo, mientras contaba que había comenzado a trabajar en una nueva clínica en la zona de Olivos. "Pero por lo menos te queda más cerca de tu casa" argumenté.
Más tarde llegó Vanessa. Si no recuerdo mal, la última vez que la vi fue en el casamiento de su hermana, hace siete u ocho años. No recordaba mucho de ella, sólo su belleza y elegancia. Me sorprendió su personalidad: está por cumplir treinta años, pero por su forma de expresarse, vestirse, y manejarse, parece de muchos menos, casi tan joven como yo. Hablamos de viajes. Me contó que había estado en Europa dos semanas atrás.
- Lisboa es muy sucia. Barcelona, es hermosa.
- ¿Hablan catalán?
- Si, pero muchos hablan español también.
- ¿Fuiste a París? Yo fui en julio del año pasado.
- Si, pero no me gustó mucho...¡los franceses no se bañan!
No pude evitar reírme.
- Yo no lo noté demasiado...Dicen que lavan las calles con perfume. Pero, ¿no es muy parecida a Buenos Aires?
- Tiene un aire, ¿no?
- Mucho más limpia, obvio.
- Si. Más limpia, más cuidada, con más infraestructura. Con sociedades más educadas. Con río, puentes, y una torre.
- La torre odiada por de Maupassant. Pero aún así me recuerda a Buenos Aires...o Buenos Aires me recuerda a París. ¿Es cíclico?
- Puede ser...Buenos Aires tiene aire francés.


domingo, 8 de septiembre de 2013

Voilá

Por fin me animé a armar un blog. Creo que necesito expresarme, escribiendo o con la música.
Aunque nadie lea.
Aunque yo sólo escriba, y sólo yo me lea.
Quizás porque estoy aburrida.
O quizás...porque álgebra me espera en la mesa.

Wish me luck!